domingo, 22 de febrero de 2009

Templo Masónico S.C. Tenerife


Historia de la Logia Añaza

El 8 de agosto de 1895 tuvo lugar la fundación del taller masónico más importante del siglo XX en Canarias, la Logia Añaza, que se consolidaría con rapidez, logrando reorganizar a la masonería canaria del primer tercio del citado siglo.
La Logia se colocó bajo los auspicios de una obediencia española de segundo orden, el Grande Oriente Ibérico, al que se mantuvo unida hasta 1902. El Grande Oriente Ibérico había surgido en 1892 a partir de un grupo de logias provenientes, mayoritariamente, del Grande Oriente Nacional de España del Vizconde de Ros que, por varios motivos, decidieron no agruparse en torno al Grande Oriente Español de Morayta.
En 1903, ante las dudas sobre la verdadera importancia del Grande Oriente Ibérico, decidieron cambiar de auspicios, pasando a pertenecer al renovado Grande Oriente Español con el número 270. La logia Añaza 270 perduró bajo esta obediencia hasta 1922. Entre 1923 y 1931, durante la Dictadura de Primo de Rivera, la logia se divide en dos: la loga Añaza nº270, adherida de nuevo al Gran Consejo Federal Simbólico del Grande Oriente Español, y la logia Añaza nº 1, con un número menor de miembros que fueron expulsados del templo pese a sus reclamaciones.

El edificio

El Templo Masónico, situado en la calle de San Lucas, fue construido entre 1899 y 1902, según el proyecto del arquitecto municipal Manuel de Cámara, cuya financiación corrió a cargo de la Logia Añaza. No obstante, la fachada no se concluiría definitivamente hasta 1923.
El 8 de noviembre de 1895 se constituyen dos comisiones, una formada por García Rodríguez, Díaz Curbelo y Torres Rodríguez, que es la que se encarga adquirir el templo. De forma simultánea, se alquila el edificio que ocupaba el número 47 de la calle de La Curva (hoy, Candelaria), para la actividad masónica, un contrato formalizado en 1896. El precio del solar, de 552 metro cuadrados, ascendió a 2.008 pesetas. El presupuesto inicial de construcción fue de 15.000 pesetas, sin incluir el frontis ni la verja de cerramiento. Finalmente, la obra se elevó a 20.008 pesetas, repartidas en doscientas acciones. Se solicitó la licencia municipal el 12 de octubre de 1900, siendo aprobado 12 días después.
El Edificio fue usado como centro educativo gratuito, la Escuela de Añaza, financiada por la logia. La misma también cedió al Ayuntamiento el actual Centro de Formación Ireneo González al precio de una peseta, con la condición de que se mantuviera la formación gratuita.
El edificio está retranqueado con respecto a los circundantes; contiene un fuerte simbolismo, principalmente de inspiración egipcia.
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