La sede del órgano de gobierno insular de Tenerife está situada en Santa Cruz de Tenerife, junto a la plaza de España y el puerto. El diseño del edificio, de corte momumental se debe al reputado arquitecto tinerfeño José Enrique Marrero Regalado (1897-1956) y comenzó a construirse en 1935. Las obras concluyeron en 1940. En su interior alberga unos interesantes murales, obra del pintor originario de la isla de La Gomera, José Aguiar, que decoran el Salón Noble.
El Cabildo Insular de Tenerife se constituyó en sesión celebrada el 16 de Marzo de 1913, en aplicación de la Ley de Cabildos de 11 de julio de 1912. Sus responsables iniciaron el proceso para la dotación de unas dependencias que resultaran adecuadas para cumplir con sus funciones. Después de utilizar los salones del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para el desarrollo de la primera sesión, la sede del nuevo organismo se instaló provisionalmente en un edificio situado en la confluencia de la Avenida 25 de Julio y la calle Numancia.
Poco después, fue trasladada a la Alfonso XIII (hoy calle del Castillo), donde permaneció hasta 1928. En ese año, debido a la necesidad de hallar un lugar de mayor amplitud para acoger las oficinas, se produjo una nueva mudanza a un inmueble ubicado justo enfrente del anterior, en el que fueron alquilados varios pisos.
Aunque ya en 1920 se había consignado 100.000 pesetas para la compra de un solar y la elaboración de unos planos sin que ello llegara a cristalizar, sólo pudo ser diez años más tarde cuando fueron dados los primeros pasos para adquirir terrenos en la zona de la Avenida Marítima donde llegaría a ubicarse definitivamente la Corporación. De esa manera, se gestionó ante el Ministerio de Fomento la correspondiente autorización. El solar fue definido en 1933 tras el proyecto de urbanización realizado por el ingeniero José Luis Escario en esa área de la ciudad.
El diseño del nuevo edificio se debe al arquitecto José Enrique Marrero. Tras la redacción del correspondiente estudio técnico, se procedió a los trámites para llevar a cabo la construcción. Así, la primera fase fue adjudicada en 1934 por la cantidad de 2,3 millones de pesetas y los trabajos comenzaron al año siguiente. En un principio, se contempló la posibilidad de destinar los bajos del edificio a la instalación de locales comerciales y las plantas superiores a un hotel. Esta última opción fue desechada.
El inmueble quedó concluido a finales de 1940 y sus oficinas tuvieron que ser ocupadas rápidamente, dado que el capitán general había manifestado la intención de destinarlas a usos propios de la administración militar. En cualquier caso, el nuevo edificio albergó en su momento diferentes dependencias de entidades ajenas al Cabildo junto a las que estaban reservadas a este último. Así, fue residencia del gobernador civil y sede de Iberia, de la Junta Provincial de Propaganda, de la Junta Administrativa de Obras Públicas y del Distrito Minero y, durante un tiempo, también de la Delegación de Hacienda.
En la actualidad, el 'Palacio Insular' sólo acoge departamentos propios del Cabildo, que cuenta, además, con otras oficinas descentralizadas en diversas localidades y con distintas sedes en otros puntos del área metropolitana. El edificio destaca por su gran torre coronada por un reloj encargado en 1950 y en su interior se puede encontrar una interesante colección de arte, en la que se incluye los murales que adornan el Salón Noble, realizados en 1960 por el pintor español José Aguiar.
El Cabildo Insular de Tenerife se constituyó en sesión celebrada el 16 de Marzo de 1913, en aplicación de la Ley de Cabildos de 11 de julio de 1912. Sus responsables iniciaron el proceso para la dotación de unas dependencias que resultaran adecuadas para cumplir con sus funciones. Después de utilizar los salones del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para el desarrollo de la primera sesión, la sede del nuevo organismo se instaló provisionalmente en un edificio situado en la confluencia de la Avenida 25 de Julio y la calle Numancia.
Poco después, fue trasladada a la Alfonso XIII (hoy calle del Castillo), donde permaneció hasta 1928. En ese año, debido a la necesidad de hallar un lugar de mayor amplitud para acoger las oficinas, se produjo una nueva mudanza a un inmueble ubicado justo enfrente del anterior, en el que fueron alquilados varios pisos.
Aunque ya en 1920 se había consignado 100.000 pesetas para la compra de un solar y la elaboración de unos planos sin que ello llegara a cristalizar, sólo pudo ser diez años más tarde cuando fueron dados los primeros pasos para adquirir terrenos en la zona de la Avenida Marítima donde llegaría a ubicarse definitivamente la Corporación. De esa manera, se gestionó ante el Ministerio de Fomento la correspondiente autorización. El solar fue definido en 1933 tras el proyecto de urbanización realizado por el ingeniero José Luis Escario en esa área de la ciudad.
El diseño del nuevo edificio se debe al arquitecto José Enrique Marrero. Tras la redacción del correspondiente estudio técnico, se procedió a los trámites para llevar a cabo la construcción. Así, la primera fase fue adjudicada en 1934 por la cantidad de 2,3 millones de pesetas y los trabajos comenzaron al año siguiente. En un principio, se contempló la posibilidad de destinar los bajos del edificio a la instalación de locales comerciales y las plantas superiores a un hotel. Esta última opción fue desechada.
El inmueble quedó concluido a finales de 1940 y sus oficinas tuvieron que ser ocupadas rápidamente, dado que el capitán general había manifestado la intención de destinarlas a usos propios de la administración militar. En cualquier caso, el nuevo edificio albergó en su momento diferentes dependencias de entidades ajenas al Cabildo junto a las que estaban reservadas a este último. Así, fue residencia del gobernador civil y sede de Iberia, de la Junta Provincial de Propaganda, de la Junta Administrativa de Obras Públicas y del Distrito Minero y, durante un tiempo, también de la Delegación de Hacienda.
En la actualidad, el 'Palacio Insular' sólo acoge departamentos propios del Cabildo, que cuenta, además, con otras oficinas descentralizadas en diversas localidades y con distintas sedes en otros puntos del área metropolitana. El edificio destaca por su gran torre coronada por un reloj encargado en 1950 y en su interior se puede encontrar una interesante colección de arte, en la que se incluye los murales que adornan el Salón Noble, realizados en 1960 por el pintor español José Aguiar.
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